Universo Z

El Apocalipsis Zombi está ocurriendo en toda la Ciudad de Córdoba; está ocurriendo en toda la Provincia de Córdoba; está ocurriendo en toda Argentina y el mundo.
Existen más historias, muchas más historias que iremos contando a medida que las vamos recibiendo. Tenemos que dejar escrito lo que está sucediendo. Si queda algún sobreviviente, tal vez pueda servirle de algo, al menos para vivir un día más.

Nacho de Alta Córdoba (por Córdoba Z)


1° Relato: Hola, soy Ignacio pero me dicen Nacho. Nunca antes había escrito en los blogs, ni tenido un blog, pero realmente no se que hacer. Yo soy de Córdoba Capital y vivo en Alta Córdoba. Hoy a la tarde recibí un mensaje. Seguir leyendo


El Nahuel del Ala (por David Ochoa)


1° Relato "Nahuel"El clásico era una ocasión imperdible: y yo sin pack. Sin cable. Sin tele. Solo me tenía a mi mismo. Tenía un nombre: Nahuel. Nahuel del Ala. Me la pasaba dando vueltas, todos los días, alrededor del Ala de Ruta 20, tratando de enterarme que es lo que exactamente pasaba. Seguir leyendo

2° Relato "El encuentro de Toby"En medio de mi desesperación empecé a maquinar cómo hacer para que el auto arrancara. Mientras los zombies se subían al capot, prendí la radio, solo para escuchar estática, y abrí la guantera, a ver si había algo que de milagro me podía salvar. Seguir leyendo


3° Relato "El R-12 del fin del mundo"-¿Y ahora, qué hacemos? -le pregunté al Toby mientras varias zombis rompían el vidrio delantero de la Estanciera. Yo no era muy de tener iniciativa. - Vos tranquilo, yo nervioso. Vamos para atrás. Seguir leyendo

4° Relato "El desastre de la lomitería"Entonces, ¿no hay nadie que nos atienda? Ah, claro… el apocalipsis – dijo el Toby, mientras esperaba que alguien lo atendiera.
- ¿Atender? Oh la la señor francés – le dije – vamos a hacer lo que hago siempre. Vamos a la basura a comer lo que sobra. Seguir leyendo

Agustina de Barrio Rosedal (por Nicolás Gabriel Mercado)

1° Relato "Mutilación"Solo el terror me daba la habilidad de correr entre los muertos, pisando sus tripas. A patadones, movía las cabezas como pelotas, y todo con tal de ocultarme de aquellos muertos quienes ahora caminan entre nosotros, cargando con ellos una forma de vida repulsiva y corrupta. ¡Como lloraría mi madre, aquella quien me otorgo el nombre de Agustina, al ver mi tan atroz situación!. Seguir leyendo



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